El dios de la dignidad, de la buena fortuna, la riqueza, la felicidad, la bondad, de la fe y protector, era en realidad un misionario budista, aunque a veces se le confunda con el dios de la guerra por su apariencia. Vestido con armadura y casco, en una mano tiene una torre que simboliza la fe y en la otra una espada que defiende la fe y le convierte en el perfecto guardián contra la maldad.
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